La semana anterior entraron las últimas uvas a Batea: Morenillo y Cariñena.
Vuelve a ser un año donde la Cariñena sorprende por potencia aromática y estructural. La entrada de las diferentes parcelas de garnacha ha sido muy escalonada para asegurar la óptima expresión de la misma huyendo de la dificultad de maduración fenólica que se podía prever inicialmente. El resultado final (aunque a falta de finalizar fermentaciones) es muy positivo. Han trabajado con maceraciones más largas que en 2011 y se ha
llegado a un muy buen potencial de extracción manteniendo la identidad de la garnacha.
Se ha hecho un pre-coupage de las dos garnachas blancas que se fermentan por separado y hay una buena base para ir trabajando con familias durante los próximos días.